martes, 28 de agosto de 2007

Agrocombustibles: ¿Una solución agrícola a un problema energético? o ¿Una solución energética con un problema agrícola?

Es innegable que los agrocombustibles son parte de un futuro que ya llegó. Las noticias de los últimos meses lo comprueban: la gira del presidente Bush por Latinoamérica; el acuerdo entre EEUU y Brasil para producir bioetanol; la reunión de ministros de Argentina y Brasil para impulsar su producción; el financiamiento de 3.000.000 millones de dólares ofrecido por el BID, el lanzamiento de Gasoilbio de YPF, para mencionar sólo ejemplos en nuestro país. Los agrocombustibles, al igual que otros biocombustibles, se van configurando como una alternativa atractiva a los combustibles fósiles. Las razones son varias, destacándose la necesidad de diversificar la matriz energética nacional ante la reducción de las reservas no renovables y su alto grado de sustituibilidad.
Conciente de su creciente importancia, el gobierno argentino aprobó la Ley 26093/06 creando un régimen promocional mediante incentivos fiscales a la producción, obligando además a mezclar combustibles fósiles de consumo interno con agrocombustibles en un porcentaje mínimo del 5% para el 2010. Cubrir esta demanda interna y las exportaciones proyectadas por las empresas productoras, representa un incentivo adicional para una mayor expansión y especialización de la actividad agrícola, proveedora de la materia prima.

Sin embargo, en los últimos 15 años, la experiencia en esta especialización productiva en el sector primario ha mostrado consecuencias poco atractivas en los aspectos sociales y ambientales del desarrollo. Una de ellas es la concentración productiva del sector que se evidencia en el aumento del 25% en el tamaño promedio de las explotaciones, la disminución del 21% en el número de explotaciones y de la cantidad de hectáreas explotadas por sus propietarios, y la creciente presencia de capitales externos al sector primario y concentración de los propios del sector. Con el advenimiento de los agrocombustibles todos estos factores tenderán a profundizarse y las ganancias de su producción acabarán concentradas en pocos actores, incrementando así el conjunto de debilidades que actualmente aquejan a los diferentes sectores productivos de nuestro país.

En relación al medio ambiente, aunque son considerados biodegradables, no tóxicos y esencialmente libres de azufre y compuestos aromáticos, también se deben considerar los impactos de su producción en la reducción de la biodiversidad, la sobreexplotación de los recursos naturales por la práctica del monocultivo, la ampliación de cultivos hacia bosques o montes y la creciente utilización de agroquímicos contaminando la superficie, el agua y el aire con nitratos, herbicidas, pesticidas y todo tipo de desechos.

Basándonos en estas consideraciones es que resulta apremiante analizar todos los efectos que esta industria podría tener sobre los aspectos sociales, ambientales y económicos en los diversos actores del sector agrícola. Sin menospreciar la contribución que puede traer al crecimiento del país, es claro que existen una serie de interrogantes aún no resueltos. De manera no exhaustiva:
Desde lo económico, ¿Son los biocombustibles sustitutos posibles dadas las inversiones requeridas para su desarrollo y sus costos de producción?; Desde lo social, ¿Son una alternativa para los actores de menor escala en las diferentes etapas del proceso, sean estas actividades agrícolas, de procesamiento o comercialización?; Desde lo ambiental, ¿Se han considerado todos los efectos ambientales, positivos y negativos, más allá de los posibles beneficios derivados de la emisión de gases de efecto invernadero cuyos principales responsables son los países desarrollados?; Desde lo institucional, ¿Está nuestro país en condiciones de regular, asesorar o direccionar la generación de este tipo de energías, atenuando además los efectos de concentración y falta de regulaciones que ha tenido el sector de hidrocarburos?

Evidentemente, la presencia de variados grupos de interés con prioridades e interpretaciones diferentes dificultará el análisis y evaluación de los múltiples y contradictorios impactos que traerá aparejado el desarrollo de biocombustibles. Pero es precisamente ésta la causa por la cual resulta imprescindible acelerar el debate público, incluyendo a las instituciones de investigación pública y privada, gobiernos y organizaciones de la sociedad civil, para definir los términos bajo los cuales la sociedad argentina desea incorporarse a esta nueva alternativa productiva.
Autores: H.Martín Civitaresi y Mónica B. Wehbe
Publicado en: Temas Económicas - Periódico de la Facultad de Ciencias Económicas - Universidad Nacional de Río Cuarto

1 comentario:

Pri Ramalho dijo...

bueno, Martin! esto tema de los biocombustibiles es sin duda una de estas cosas que est�n "happening too fast"... El otro d�a he le�do que ya piensan en crear la OPEP (el cartel - as� en espanol?) del biocombustivel!!!! Despacito, por favor!!!! Sigamos discutiendo...